La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que dos de cada tres personas vivirán en áreas urbanas para el año 2050. Las ciudades mantendrán una tendencia de crecimiento que sin duda producirá mucho más tensiones y problemas por resolver para los proveedores de servicios públicos en las próximas décadas.
La demanda de servicios para el aumento en el tamaño, población y complejidad de las ciudades confronta a autoridades y compañías ante la necesidad de crear mejores condiciones para los servicios disponibles.
La coordinación y la integración de servicios para atender a millones de personas deberán de aprovechar todas las tecnologías a su alcance para facilitar el movimiento de la ciudad, es lo que desde hace años se conoce como smart city project, en referencia a las innovaciones tecnológicas adoptadas por las ciudades más avanzadas del mundo para facilitar la movilidad, seguridad y desarrollo de sus habitantes.
Algunos parámetros que se analizan para considerar la evolución de una ciudad inteligente son la Gobernanza, planificación urbana, gestión pública, tecnología, medioambiente, proyección internacional, cohesión social, movilidad y transporte, capital humano y economía.
Atención inteligente a los problemas de la ciudad
Las ciudades más grandes producen retos más complejos. Para funcionar requieren agua, saneamiento, transporte, seguridad, energía y más, que deben operar de forma permanente y eficiente para que una ciudad fomente el desarrollo social y económico. Esto implica no solo la infraestructura, sino también labores multi-institucionales de manera coordinada por cientos de personas para atender de forma inmediata todo tipo de situaciones.
El concepto de ciudad inteligente se dirige al aprovechamiento de las tecnologías para mejorar la calidad de vida de las personas en las ciudades.
Soluciones como la automatización de semáforos, el monitoreo en línea de redes de servicios públicos, la operación de redes de transporte, los sistemas de vigilancia por voz y video para la prevención del delito, y más reciente aún, el internet de las cosas, la inteligencia artificial que permite medir, analizar, identificar patrones así como crear mejoras de forma inmediata con la interpretación de datos a una velocidad nunca antes vista, solo por mencionar algunas, son manifestaciones que a través de la tecnología hoy en día ya contribuyen y aportan al desarrollo de las ciudades inteligentes.
En materia específicamente de seguridad en las ciudades, la clave reside en la manera en que la tecnología es aprovechada para prevenir accidentes, atender emergencias, brindar eficazmente servicios públicos, entre muchos otros más.
Esto implica, en los hechos, la colaboración permanente en diferentes ámbitos de especialización, que deben trabajar como si fueran una sola, atendiendo las demandas de la ciudad.
Las palabras clave son: coordinación e integración
Mantener segura y operando las ciudades requiere que la infraestructura de servicios, comunicaciones y movilidad esté funcionando todo el tiempo, de forma que cualquier alteración pueda ser tratada como una misión crítica que debe resolverse de inmediato.
En las grandes ciudades se atienden todos los días miles de eventos y todo tipo de problemas. Las afectaciones son muchas y variadas, cortes de energía eléctrica, fugas o interrupciones al servicio de agua, daños al sistema de drenaje, fugas de gas, accidentes de tránsito, delitos, ataques a infraestructuras críticas, son solo algunos casos de los miles registrados al año en un país como México, todas en su mayoría, requieren el despliegue diario de equipos de especialistas que a su vez deben coordinarse entre sí, de acuerdo con la magnitud y características de cada incidente.
Para que esto sea posible, la clave radica en la coordinación e integración. La capacidad de atender múltiples eventos de manera simultánea entre grupos multidisciplinarios es necesaria para que una ciudad funcione.
Coordinación
La coordinación debe ocurrir articulando desde el mando ejecutivo hasta grupos operativos en campo, debe ser instantánea, sin cortes y permitir un amplio conocimiento del contexto usando la tecnología disponible.
Para que tal nivel de coordinación tenga lugar se necesita que todas las personas integrantes de cada grupo de trabajo ( centros de control y comando, policía a cualquier nivel, cuerpos de bomberos,, ambulancias, cuerpos médicos, protección civil, servicios públicos estratégicos, etc) tengan capacidad de interconectarse según la situación y en algún punto según el caso particular puedan pertenecer a un mismo canal de comunicación.
Integración
Con el paso de los años, se ha mejorado la integración de las distintas tecnologías, por ejemplo, hasta hace poco en comunicaciones críticas se necesitaba que los primeros respondientes utilizaran dos o más dispositivos, un radio de banda angosta o digital, y otro de telefonía celular para obtener servicios de banda ancha e internet. Con la interoperabilidad entre tecnologías de banda angosta con banda ancha, hoy la migración y/o complementariedad de las redes de comunicación han permitido eficientar que en un solo dispositivo de radio, smartphone o tablet, sea posible comunicarse entre diferentes grupos, incluso siendo de distintas corporaciones públicas y/o privadas.
Esto significa que, mediante los centros de control y comando es posible gestionar e integrar comunicaciones de radio interoperando con telefonía de banda ancha segura, permitiendo labores de despacho con multi-instituciones y los primeros respondientes en campo para coordinarse de una forma rápida y eficaz.
La tecnología integrada para servicios públicos
El éxito de la integración de servicios de información y comunicación es notable en diferentes áreas donde la operación es crítica y requiere una coordinación minuciosa. La gestión de aeropuertos como el de Dubai, con un tráfico anual de 58 millones de personas, sería imposible sin tecnologías de comunicación que permitan la colaboración entre todos los grupos a cargo de una operación tan grande.
Guangdong, China, que recientemente inauguró tres nuevas líneas de metro para satisfacer los servicios y necesidades que requieren sus habitantes.
Ante el reto de coordinar la operación de los más de 69 kilómetros de la red y 37 estaciones determinaron utilizar la red de banda ancha dedicada interoperable, desde donde se enlazan y coordinan las personas a cargo de la operación del metro.
El Sistema de control del metro de China es solo un ejemplo de lo que se puede hacer para desarrollar soluciones inteligentes para las ciudades del futuro.
Un ejemplo en México, es el Servicio de atención médica de urgencias de la Ciudad de México lograron que la tasa de respuesta y atención a los pacientes llegara en promedio en 10 minutos. Antes de implementar el sistema MXLINK, esta cifra de tiempo era muy superior. Hoy se tiene la certeza de que todas las llamadas se coordinan de forma eficiente y desde que se recibe la llamada, se está dando atención médica, además que la gestión de todo el flujo de la red hospitalaria está enlazada, permitiendo que la ambulancia con el paciente llegará a un hospital con cama disponible e incluso para dar atención a la especialidad que requiere.
La construcción de una ciudad inteligente está en manos y en medida que el sector privado y Gobiernos impulsen la modernización y aprovechamiento de las tecnologías, el crecimiento poblacional y la concentración en grandes ciudades prevista tendrá un impacto social sin precedentes, en Airbus SLC buscamos colaborar y trabajar con Gobiernos y empresas para que nuestras tecnologías puedan contribuir con los retos que nos avecinan en el futuro.
